Un contenedor suave para regresar a ti, para detenerte, respirar y observar con conciencia los aprendizajes que las experiencias de este año trajeron para ti, porque si no aprendemos de lo que vivimos –– entonces:

¿que sentido tiene haberlo vivido?

La vida es una espiral que nos lleva a experimentar y revisitar exactamente eso que nuestra alma necesita para evolucionar, y depende de nosotros y de nuestra consciencia que hacemos con esas experiencias, es nuestra responsabilidad como seres con libre albedrío elegir cómo integramos lo vivido y de qué maneras permitimos que nos transforme.

Este año que está por terminar, es un año 9 en numerología y un año de la serpiente en el calendario chino, esto — como seguramente lo has experimentado — en la vida se puede ver como cierre de ciclos, muertes y renaceres, cosas, situaciones y relaciones que evolucionan o se terminan, cambios de piel, transformaciones profundas y nuevas maneras de mirar y darle sentido a la experiencia humana.

ÚNIRME AL CIERRE DE AÑO

SOLSTICO DE INVIERNO — un punto poderoso de RECONFIGURACIÓN INTERNA

El solsticio de invierno marca la noche más larga del año —

un momento que nos invita a dar un clavado a nuestro interior, a las partes más profundas de nuestro ser y buscar ahí nuestra verdad.

En el solsticio de invierno, el arquetipo de la Gran Madre en su punto más receptivo, el útero de la creación en su momento más fértil, la oscuridad llena de infinitos potenciales.

Arquetipicamente, el solsticio es completamente serpentino, la serpiente que va a la oscuridad (justo cuando está mudando de piel se queda “sin ver”) para poder transitar el cambio y renacer nueva. Y es por eso que creé este curso, ritual y taller — porque quiero ofrecer un espacio de reflexión para poder honrar el camino andado, integrar los aprendizajes que trajo y encarnar la nueva versión de nosotros mismos que surge como resultado.